En español es posible describir un suceso a través de estructuras sintácticas diferentes. Las oraciones activas y pasivas, permiten describir un mismo acontecimiento contando con los mismo elementos pero otorgándoles un protagonismo diferente.
Una oración activa identifica en primer lugar el sujeto de la acción, al que se da protagonismo, pues sirve de referencia para el resto de elementos de la oración.
Pasiva y movimiento Sintáctico:
La primera gramática generativa-transformacional se propuso aclarar la relación entre una oración activa y su correspondiente pasiva investigando de manera sistemática su formación y las reglas que permitían "derivar" la forma pasiva a partir de la activa. En esta gramática se proponía reglas sintagmáticas de estructuras para derivar en un número finito de pasos la forma pasiva de la activa reflejando la relación semántica entre una oración activa y la correspondiente pasiva. Sin embargo, al ser abandonado el componente "transformacional" de la teoría por considerarse demasiado ad hoc, la sintaxis de las oraciones pasivas pasó a ser explicada como el resultado de un movimiento sintáctico de un constituyente sintáctico desde la posición de objeto a la posición de sujeto (más específicamente, el especificador del sintagma de tiempo). Eso explicaba además porque en una oración pasiva el agente sólo podía ser expresado mediante un adjunto sintáctico (en caso oblicuo o preposicional), e incluso en algunas lenguas no era común expresar el agente en absoluto. La explicación en este contexto es que al ser existir una única posición de "sujeto" en el árbol sintáctico, sólo uno de los elementos (el que hacía de objeto en la oración activa) puede ocupar la posición argumental de sujeto, y por tanto si el agente se introduce sólo tiene disponibles posiciones no argumentales como las de los adjuntos sintácticos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario